El Teatro Florencio Sánchez de Paysandú, una de las salas más importantes del interior del Uruguay, comenzará próximamente una nueva etapa de su remodelación, que abarcará la restauración de la yesería y las pinturas del plafón central.
Las restauradoras que tendrán a su cargo esta nueva etapa de trabajo, las hermanas Carina y Mariana Peralta, integraron el equipo que en Montevideo remodeló los teatros Solís y Cervantes, y recuperó el mobiliario del Hotel Carrasco.
El responsable de la empresa que trabaja en la restauración del Florencio Sánchez, Álvaro Batista, explicó que el contrato con la Intendencia se dividió en dos etapas, la primera de las cuales concluyó el 25 de agosto, cuando debía quedar lista la consolidación de la parte superior de la sala, donde había riesgo de desprendimientos. “La otra parte, que es la más importante, es la restauración del plafón central, para lo cual contratamos a dos restauradoras que son muy conocidas en el ambiente”, informó, al tiempo que adelantó que el trabajo de las restauradoras se extenderá por aproximadamente dos meses.
“Hoy ya vinimos prontas para empezar a trabajar. Realmente, cuando entrás y atravesás la primera portada de capitoneado te encontrás con esta belleza. Realmente es una joya que tienen en Paysandú, creo que es uno de los teatros más lindos de Uruguay”, expresó Carina Peralta, una de las restauradoras.
Peralta aseguró que restaurar el techo del teatro sanducero representará “un desafío interesantísimo, porque el grado de deterioro es medio, hay que nivelar muy bien el tema de la paleta de colores, para que visualmente siga perdurando el envejecimiento de 137 años”. “Para nosotros es un orgullo poder venir a trabajar y detener el proceso del tiempo, que no genere más estragos”, expresó.
Agregó que la colocación de los andamios resultó dificultosa debido a la inclinación del piso y a que, en principio, se intentó no mover las butacas. “El problema más grande que teníamos era cómo íbamos a acceder al techo”, sostuvo y agregó que el proceso ya deparó algunas sorpresas.
“Hicimos una primera limpieza en algunos de los medallones laterales y, por debajo de la suciedad que se adhiere al óleo, aparecieron los esbozos a lápiz de las flores. Eso es fantástico, porque no se puede creer que después de tantos años se siga manteniendo el dibujo original de quien lo pensó”, comentó Peralta y estimó que el tiempo de culminación dependerá del tiempo de secado de los materiales. “Nosotros ya venimos trabajando en el análisis desde hace tres meses, que es lo que lleva más tiempo. Analizamos la composición química para que el procedimiento sea efectivo y nuestra intervención sea mínima, manteniendo así el original, que es lo que tiene valor”, concluyó.